Seguramente habrás oído frases del tipo “con el tiempo se te pasará” o “ya es hora de que dejes de llorar”. Sin embargo, aunque sacas tu sonrisa más fingida, por dentro estás confundido/a, te sientes solo/a y vacío/a y lo peor de todo, incomprendido/a. Te preguntas a ti mismo/a por qué has podido con otras cosas difíciles en tu vida y esto se te ha hecho un nudo. Y muchas veces terminas concluyendo que nunca lo vas a superar y que la tristeza no se te irá. Es entonces cuando te vas al sofá, lloras y piensas que no vas a poder con esto.
Qué es el duelo traumático
Es una fuerte sensación de echar de menos al ser querido. Conlleva una gran dificultad para calmarnos solos/as y una pérdida de interés por el mundo a la vez que una falta de búsqueda de objetivos.
El duelo no es estático, sino que cambia continuamente a lo largo del tiempo; el dolor no desaparece de forma lineal. Puede disminuir durante un tiempo y luego aumentar con un aniversario o situación desencadenante, por ejemplo, las Navidades o un cumpleaños. A veces los 6-7 primeros meses te encuentras embotado/a emocionalmente y el dolor aparece muchos meses después de la pérdida, otras, coincide con el primer aniversario o se empeora a los 2 años que es cuando uno es realmente consciente de lo que ha perdido.
“Es difícil pensar que no puedes conectar con el ser querido, que solo te acuerdas de las cosas dolorosas e incluso cuando viene una memoria positiva, se tiñe de tristeza al enturbiarse con el pensamiento de que ya no podrás volver a vivirlo”.
Las emociones más comunes derivadas de una pérdida son la tristeza, el enfado, el miedo y la culpa.
La tristeza por la pena de haber perdido a alguien valioso en tu vida; el enfado por el deseo de deshacer lo que ha pasado; el miedo por la angustia de sentirte solo/a; y la culpa por atribuirte subjetivamente la responsabilidad de lo sucedido.
Es normal que tengas algunas de las siguientes creencias negativas: no voy a poder superarlo, estoy solo/a, estoy en peligro y, dichos pensamientos te atasquen y te lleven a conductas como llorar todo el tiempo, quedarte en casa sin hacer nada o abusar de la medicación.
Las sensaciones físicas más comunes que aparecen en las personas que atraviesan por un duelo traumático son: vacío en el estómago, opresión en el pecho y la garganta, sensibilidad al ruido, dificultad para respirar, debilidad de los músculos, falta de energía, boca seca.
Así mismo, en algunos casos, se da lo que se conoce como sensación de presencia; tranquilo/a si te pasa a ti, es totalmente normal, esto es cuando piensas que el difunto está presente y te está observando. Es habitual también tener problemas para concentrarse y mantener la atención en una película o un libro o que te atormenten los recuerdos en forma de imágenes que no te puedes quitar de la cabeza.
“La conexión con la persona querida es a través del dolor por eso no queremos renunciar al sufrimiento porque pensamos que, si nos recuperamos, lo olvidaremos para siempre”.

¿Cómo me adapto al mundo sin mi ser querido a mi lado?
Cuando se pierde a un ser amado se pierde gran parte del mundo. Tienes que ser consciente de que ya no va a volver, y de que esta situación es permanente. El trabajo será aprender a sentirle en el corazón y ser consciente de lo importante que ha sido y sigue siendo para ti…esta nueva forma de amar es infinita y perdurará en el tiempo para siempre.
El duelo entendido como un proceso después de una pérdida puede conllevar estas fases:
- Evitación: estamos abrumados, incapaces de comprender lo que ha sucedido, nos resistimos a creer que es verdad.
- Confrontación: intervalo doloroso donde nos enfrentamos a la pérdida y gradualmente podemos comprender el impacto.
- Reajuste: pasamos adaptativamente a un nuevo mundo sin olvidar el viejo, pero siendo capaces de volver a implicarnos emocionalmente en nuestra vida (amando, sufriendo, ilusionándonos, etc.).
5 pasos para superar el duelo
- No luches contra tus emociones, acéptalas; la tristeza es la reacción natural a la pérdida.
- Identifica cuáles son las creencias negativas (ej. “es mi culpa”) y las conductas que te hacen daño (ej. beber alcohol). Aumenta la conciencia que tienes sobre ellas.
- Busca formas de autocuidado. Elige algunas acciones positivas que te hagan sentir bien y tranquilo/a (ej. Una ducha relajante, pasear, tu plato preferido, etc.). Trata de llevarlas a cabo habitualmente.
- Busca una forma de estar unido en lo no físico. Elige un lugar representativo para los dos donde puedas ir a visitarlo cuando lo necesites y conectar con tu ser amado de la forma en que prefieras.
- Apoyo social: identifica a personas con las que te sientes bien y comprendido/a para relacionarte con ellas. Pedir ayuda, llamar o compartir tus preocupaciones con la gente que te quiere, te hará sentir mejor.
- Busca terapeuta: si aún con estos pasos crees que necesitas un trabajo más personal para poder aliviar el dolor intenso y ser capaz de acordarte de tu ser querido sin esa angustia y tristeza, no dudes en pedir ayuda.
¿Y qué tipo de terapia será más beneficiosa para mí?
El duelo traumático puede superarse con la ayuda de un/a psicólogo/a especialista en Terapia de Trauma para que llegues de forma natural a la última fase de reajuste. ¿Y por qué de trauma? Porque la pena intensao el dolor agudo que sientes es un tipo de estrés postraumático y según las guías internacionales (ej. Organización Mundial de la Salud), la Terapia de trauma EMDR está recomendada científicamente para el tratamiento de este problema.

¿Cómo me puede ayudar la terapia EMDR?
Facilita el trabajo con los momentos dolorosos y los puntos de bloqueo, además de los recuerdos pasados que están conectados con la pérdida. Permite el acceso a recuerdos positivos que tenías desactivados (o que estaban menos accesibles) y se trabajan como dianas traumáticas los momentos del pasado(ej. escenas funerarias, noticias, despedida, etc.), los momentos de tu día a día del presente(ej. dormir sin tu ser amado al lado) y momentos de futuro(ej. miedo a hacerme mayor y no tener compañía).
Los recuerdos positivos con el ser querido que tienes en tu cabeza, aunque no estén muy accesibles ahora por el dolor, los recuperarás con la terapia y te servirán como base segura para la exploración del nuevo mundo que te toca vivir en adelante. Aprenderás a regular mejor tus emociones y a desarrollar una nueva relación con la persona amada. De este modo, cuando te acuerdes de él/ella no te invadirá la pena y el dolor, conectarás con recuerdos positivos y reales de los momentos compartidos.
“No se trata de olvidarle, al revés, de recuperar su recuerdo y de reconectar con él/ella para que sigas sintiéndole cerca”.
Te animo a que no aguantes innecesariamente el sufrimiento. Está bien acudir a un especialista cuando uno se encuentra mal. Tienes derecho a recuperar tu vida y a seguir adelante con menos dolor.
La Asociación EMDR España cuenta con profesionales acreditados, entre los que me encuentro, y que puedes buscar en su página oficial https://www.emdr-es.org/
Nota: Este blog está inspirado en el curso “Utilización del EMDR con el Duelo Traumático” impartido por el especialista Dr. Roger Solomon, PhD.