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Hiperémesis Gravídica o Vómitos en el Embarazo

vómitos en el embarazo

¿Qué es la Hiperméresis Gravídica?

La hiperémesis gravídica (HG) es una condición del embarazo caracterizada por vómitos y náuseas severas. Lo sufre un 1% de embarazadas y es la primera causa de ingresos durante el primer trimestre. Dado el impacto social y emocional para la madre, es esencial investigar y llevar a cabo tratamientos efectivos que ayuden a la futura mamá a lidiar con esta situación tan incapacitante.

Aunque no se han encontrado estudios científicos que muestren una mayor probabilidad de abortos, la HG está asociada a bajos niveles de peso en el posparto. Además, estudios psicológicos revelan que las pacientes presentan puntuaciones más elevadas de ansiedad y depresión en comparación con personas que no han atravesado por esta situación. De hecho, para que nos hagamos una idea del sufrimiento que puede ocasionar, en un estudio con más de 700 personas con HG, encontraron que el 75%  afirmó no desear quedarse de nuevo embarazada y un 25% se planteó en algún momento la interrupción voluntaria del embarazo.

Falso Mito de la Hiperméresis Gravídica

Tradicionalmente e incluso, en la actualidad, algunos sectores creen que los vómitos durante el embarazo están causados por la ansiedad y el pobre manejo de las emociones que tiene la mujer. En este sentido, algunos opinan erróneamente que los factores psicológicos explican directamente el cuadro físico de malestar que experimentan, lo cual provoca que algunas embarazas se planteen cosas del tipo “yo soy la que me lo estoy provocando”, “si estuviera más tranquila no me pasaría”, “mi bebé puede estar sufriendo por mí”, etc. En mi experiencia clínica con estas pacientes, he detectado que expresan sentimientos de culpa, tristeza y miedo por no poder controlar algo muy molesto y perturbador que se “supone” que depende de ellas. Muchas incluso, refieren sentirse mal por el “sufrimiento que le están haciendo pasar a los suyos”.

La realidad

Sin embargo, tras una revisión profunda de la literatura científica, puedo cuestionar que los problemas emocionales aumenten el riesgo de padecer HG. La realidad es que la asociación entre problemas emocionales e HG se ha entendido en el sentido contrario así pues, es la HG como problema físico, la responsable y la causa de los problemas emocionales que aparecerán después. Diferentes estudios describen con frecuencia síntomas postraumáticos en estas pacientes dado el sufrimiento y el dolor que trae consigo los vómitos y las náuseas continuadas. De hecho, para algunas, esta condición es tan estresante que deja una huella emocional en forma de imágenes recurrentes sobre lo vivido y sensaciones físicas que quedan grabadas en el cuerpo que se rememoran incluso después del parto. Esto explicaría perfectamente como las mujeres que han pasado por esto, tienen mayor riesgo de depresión postparto que las que no lo han sufrido.

Vomitos en el embarazo

¿Cómo se puede ayudar?

Se ha descubierto que un 18% de las mujeres con HG sufrían síntomas compatibles con un Trastorno por Estrés Postraumático después del embarazo. El trastorno de estrés postraumático es la respuesta de alerta que tiene nuestro cerebro ante una situación percibida como aterradora. Los síntomas pueden incluir reviviscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre la situación. Nos podemos imaginar lo que puede llegar a sentir una mujer embarazada que no tolera apenas lo que come y que sufre continuas náuseas y vómitos. Sumado a la preocupación que le puede generar con respecto a las consecuencias que pueda tener en su bebé y en último término, el miedo a perderlo. Si encima desde fuera, los profesionales, los familiares y conocidos sugieren que su estado físico es resultado de sus “nervios” y que todo se resolvería si se tranquilizara un poco, la situación puede ser muy traumática.

Así es como expresan algunas pacientes reales sus vivencias cuando piden ayuda.

María: “Me siento sola, nadie me entiende, yo quiero poder controlarlo pero no soy capaz”

Mónica: “Tengo miedo a que le pase algo a mi bebé. Todo lo vomito y temo que no pueda coger peso. No me siento comprendida”.

A continuación, comparto con vosotros/as algunos consejos que pueden ayudar a la futura mamá, al bebé y al entorno familiar en esta situación:

1.- Tanto la paciente como los cuidadores deben aumentar el conocimiento sobre la HG basándose en información real y alejada de los mitos que culpan a la mujer como responsable de sus síntomas. Desculpabilicemos.

  1. La paciente debe tener compasión con su situación pues no la ha elegido y no puede hacer nada para cambiarla. Debe dejar espacio para compartir con los demás sus preocupaciones, miedos e inseguridades. Los demás deben responder con cariño y comprensión para que se sienta vista, sentida y escuchada. Ayudan los mensajes del tipo “no estás sola”, “sé que es difícil”, “nadie se merece un embarazo así”, etc. No retraumaticemos, ya es demasiado difícil como para que se lo pongamos más complicado.

2.- Acudir a que valoren el grado de gravedad de la HG los profesionales de la salud con objeto de recibir el mejor tratamiento médico y/o ingreso hospitalario en caso necesario.

  1. La futura mamá debe dejarse ayudar y pedir ayuda si lo necesita. Esto será muy importante en las tareas relacionadas con la alimentación pues posiblemente, lo que menos ganas tiene, es de ponerse a cocinar. Pregúntale por los alimentos que mejor tolera y ayúdale con aquellas cosas que hacía habitualmente pero ahora no puede, especialmente si tiene más hijos a cargo (tareas escolares, limpieza del hogar, preparar la canastilla del futuro bebé, etc.).

4.- Plantearse la opción de atención psicológica para aprender a manejar el malestar derivado de los vómitos continuados y del miedo que surge a raíz de pensamientos disfuncionales relacionados con el futuro del bebé. Esto ayudará no solo a mejorar el afrontamiento del embarazo y el parto, también a prevenir posibles secuelas postraumáticas en un futuro que sí que requieran tratamientos psicológicos e incluso psicofarmacológicos durante un tiempo prolongado.

En consulta trabajamos con mujeres embarazadas para promover un parto y un postparto con mayor bienestar emocional y conexión con el bebé.

No solo detección, también intervención preventiva para reducir riesgo de secuelas embarazo y posparto.

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